Una ligera brisa impedia disfrutar de la claridad de las aguas en este parque natural, pero aún así es espectacular, remar bajo los acantilados de Las Rotas, y por lo menos, entre comerme un menú o una remadita así, no hay color. Luego lo he podido arreglar con un buen bocata de calamares, jejej
Es curioso como se ven los cortes de cuando picaban para sacar la roca tosca. Esta cueva también se utilizó de escondite marino durante la Segunda Guerra Mundial.
Testando como no , un remo carbon/kevlar de QuiverSup, lo mas ligerito que he probado.
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